Aire que transforma al gris.
Retumba mi ventana en tres.
Nuestras miradas en luz de neón.
Compartimos y ascendemos a campos infinitos, tan grandes como el hielo.
Recogemos los flujos. Y comparto con ella, comparto con él.
La exaltación de la amistad, dónde los surcos son recorridos en tu cuerpo.
Un baile de tres.
Siempre quedan las hojas plegadas, los libros cerrados.
En la pluma recojo lo que escribo.
La hermandad encima del fogón.
Así, ella, ella y él.
lunes, 5 de mayo de 2008
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