Me revuelve que me digas que me echas de menos.
Me echas de veces, al menos. Me echas de menos a veces.
Todavía después de meses creativos y subversivos, aún la otra parte incansable en la mente no se despide.
Y quiero decir muy alto ¡Soy muy sensible a las cercanías y lejanías!, tal y como me dijo aquel chico.
Quiero decir adios con los ojos pero las piernas indoloras se someten a una presión de hielo.
Venga, ahora sí, te digo, que tus recuerdos anhelo. Pero que deseo coger más barcos, y acariciar torsos de ellos.
Siempre te echare al menos una vez de menos.
Mi otra parte que fue. Y que una nueva vendrá.
viernes, 30 de mayo de 2008
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